Carnaval de Ánimas

Propuesta para la reorganización del Carnaval de Ánimas de 1958

El pasado año se celebró en Herencia el 250 aniversario de la fundación de la Cofradía de Ánimas de la localidad. Fue un 16 de febrero de 1766 cuando 12 eclesiásticos y 12 capitulares de la localidad se reunieron en la sacristía parroquial «poro tratar y conferenciar sobre aumentar más y más la piadosa devoción que en este pueblo resplandece con las Benditas Ánimas del Purgatorio y considerando que una de las partes principales de esta devoción es y ha sido la costumbre inmemorial de emplearse veinticuatro personas todo el año en andar con una campanilla, pidiendo diariamente por las calles limosnas para las ánimas, saliendo dos cada mes.» Importante es resaltar el hecho de que ya en el acta de fundación de la Cofradía de Ánimas se remarque que esta devoción es inmemorial en el pueblo de Herencia.

Estandarte de animas en el Ofertorio de Herencia
 
Y es que de todos es conocido que una de las múltiples peculiaridades que define el carnaval de Herencia es la unión de la fiesta pagana con la religiosa vinculada a la celebración de la fiesta de Ánimas, algo que ya aparece así reseñado en el Memorial de Cofradías del Consejo de Castilla de 1770 en el cual se menciona la existencia en Herencia de una «Función de animeros en carnestolendas».
 
Hoy todavía sigue viva esa unión, y no podemos ni debemos de olvidar que esto es lo que realmente hace diferente, único y singular al Carnaval de Herencia del resto de carnavales de la región y el país. Aquí ambas fiestas, la religiosa y la pagana, son el mismo ser y la una sin la otra no tendría sentido. Es cierto que en otras poblaciones todavía se conserva la celebración de la Fiesta de Ánimas, si bien, también es cierto que aunque conviven en el tiempo de su celebración con los carnavales, ambas son festividades independientes con símbolos, figuras y momentos diferenciados, algo que en el caso del Carnaval de Ánimas de Herencia no sucede. Aquí, en Herencia, las principales figuras y momentos de nuestro carnaval tienen un trasfondo religioso moralizante y su razón de ser en el culto a las ánimas.

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Dicho esto, tampoco se puede olvidar que la sociedad evoluciona y como tal las fiestas han de adaptarse a los nuevos momentos, al cambio de mentalidades y de ne-cesidades. Hoy el Carnaval de Herencia no es el mismo que el de hace 30 años cuando se declaró Interés Turístico Regional, y este tampoco lo era al que se vivía a principios de siglo XX cuando, por ejemplo, todavía se celebraba el Domingo de Piñata. En este sentido, fue especialmente importante la situación vivida durante la década de los años 50 del pasado siglo XX en la cual la población sufrió una importante emigración y crisis social. La crisis laboral y económica que se vivía obligaba a muchas personas a emigrar en busca de un trabajo y futuro mejor, tal es así que en esos 10 años Herencia perdió casi 1.800 habitantes. Por ello, al igual que la gran parte de los aspectos sociales del momento, la celebración del Carnaval de Ánimas en Herencia tuvo que afrontar varios cambios con el fin de adaptarse a las nuevas realidades, tanto por la ruptura social producida a causa de los movimientos migratorios, como por los cada vez mayores costes que suponían para las mayordomías la celebración de la Fiesta de Ánimas. De esta forma, a iniciativa del entonces concejal de Festejos, Fernando Roncero Albacete, se inician en 1958 los trámites para proceder a la reorganización y reglamentación de las Fiestas en honor de las Ánimas Benditas, mediante el nombramiento de una Comisión Organizadora, para que «alcancen el perdido esplendor tradicional».
 
Fernando Roncero Albacete, en el escrito que dirige a la alcaldía de aquel momento para justificar la necesidad de la reorganización de la Fiesta de Ánimas, señala que «las fiestas que celebraba la población en honor de las ánimas benditas, tenía un esplendor extraordinario, […] que los más ancianos recuerdan aún con la natural pena, pues fueron la admiración de propios y extraños y alcanzaron para nuestro pueblo el consiguiente renombre y una muy numerosa afluencia de forasteros durante su celebración y singularmente el día del Ofertorio».
 

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La intención del señor Fernando Roncero era, si fuera posible, la creación de una hermandad de ánimas benditas en la iglesia parroquial de la villa conforme a los preceptos del código canónico de una cofradía o, cuando menos, la confección de un reglamento para la Fiesta de Ánimas. A este fin se constituyó una Comisión Especial compuesta por el Alcalde Antonio Rodríguez de Tembleque Gómez-Lobo, el secretario del Ayuntamiento, Esteban Pacheco, el subjefe local del Movimiento, Manuel Rodríguez Gómez-Lobo; el delegado de Sindicatos, Enrique Muela Polite; el secretario de la Hermandad de Labradores, Miguel Martín-Buitrago Tajuelo, el concejal de festejos, Fernando Roncero Albacete, el industrial Petronilo García-Navas y Jerez; y el vecino Jesús Estrada Díaz-Minguez, como gran devoto de las Ánimas Benditas.
 
Esta Comisión trabajó sobre cuatro puntos y elaboró un borrador para las Fiestas de Ánimas. La primera de las cuestiones tratadas fue la económica. Entre sus propuestas se encontraba la de celebrar la colecta tradicional por el antiguo sistema de campanilla, recorriendo todas las calles de la población solicitando casa por casa los donativos voluntarios a grito de «Ánimas Benditas» desde el mes de noviembre hasta el Martes del Ofertorio. Dichos donativos podían ser en metálico o en especie pudiéndose llevar también a la casa parroquial hasta el mismo día del Ofertorio, siendo todas las ofrendas realizadas en especie pujadas tras el desfile del Ofertorio. Además, también proponían un «donativo obligatorio» mínimo de 200 pesetas por mayordomía o jineta para contribuir al realce de las citadas fiestas. Además, a estos sufragios se sumarían los obtenidos por los cesteros de ánimas durante el desfile del Ofertorio, así como los de «la manta». Todos los fondos serían custodiados en un arca y depositados en la casa parroquial para su posterior recuento ante la Comisión al día siguiente.
Los fondos obtenidos se destinarían a sufragar los gastos que originaran los tradicionales cultos de ánimas, pero también para gratificar al «perlé», la banda de música, los portadores de gigantes y cabezudos y al pregonero. Los gastos derivados de la propaganda de los festejos y los premios a las carrozas, rondallas, estudiantinas y cualquier otro gasto relacionado con las fiestas que fuese estimado por la Comisión, también serían sufragados con los donativos obtenidos por los medios antes citados.
 
Otro de los aspectos sobre los cuales trabajó la Comisión fue el tema de las mayordomías que se fijaban en un total de 8 siendo cada una de ellas la protagonista de unos de los días de la Semana de Tambores, así como del lunes de Carnaval anterior al Ofertorio de Ánimas. Las mismas correrían con los gastos de vestir la jineta, así como de los derivados del convite y refresco de su día. De estas mayordomías dos serían perpetuas, la del Ayuntamiento y la de la Hermandad Sindical de Labradores y Ganaderos, el resto la ocuparían particulares que lo tuvieran ofrecido y lo solicitasen al cura. Además, se planteaba la posibilidad que formar agrupaciones de ánimas compuestas por seis personas con el fin de que entre todas pudieran sufragar el coste de dicha mayordomía y de esta manera todo el mundo pudiera acceder a una si así lo deseara.

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La tercera cuestión tratada por esta Comisión Especial fue la de los festejos, señalando la obligatoriedad de realizar un convite general el Domingo de las Deseosas recorriendo las calles del bando municipal e invitando al vecindario a sumarse a la celebración de la Fiesta de Ánimas. Destacable es la apreciación de la Comisión en la que indicaba que este día ya se permitían las máscaras por las calles de la localidad como era tradicional. Además, el domingo de Quinquagésima y el lunes de Carnaval tendrían lugar el desfile de la «tradicional retreta» que recorrería a primera hora de la noche las principales calles de la población. Por último, el día del Ofertorio todas las jinetas se concentrarían en el ayuntamiento con sus respectivos acompañamientos para participar en la procesión de Ánimas Benditas y terminar en el desfile del Ofertorio.
 
Los cultos religiosos fueron el último de los temas tratados para la reorganización de la Fiesta de Ánimas, decidiéndose que los mismos se fijarían de acuerdo con el señor cura y dejando abierta la posibilidad de crear y organizar una Hermandad de Ánimas. De esta forma, en la propuesta para el Reglamento de las Fiestas de Ánimas, los cultos en sufragio de las ánimas benditas fueron fijados en base a los que tradicionalmente se venían celebrando, a saber: una misa diaria durante todo el año los domingos al toque de alba. Otra a las 12 los domingos y días festivos terminando ambas con su responso correspondiente. Los funerales de ánimas del lunes y martes anteriores al miércoles de Cenizas, el funeral del Día de los Santos y conmemoración de los fieles difuntos y la misa y novena de todo el mes de noviembre.

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Como vemos, el Carnaval de Herencia es y ha sido una fiesta viva. Hoy, como es natural y no puede ser de otra forma, sigue evolucionando, adaptándose a las nuevas inquietudes y realidades, pero sin perder su esencia que lo hace único. El Carnaval de Herencia es una fiesta centenaria y si hoy es lo que es, ha sido gracias a su tradición y fusión con la fiesta religiosa de Ánimas. Gracias a ello se mantuvo vivo cuando en el resto de España estaba prohibido y gracias a ello hoy el Carnaval de Herencia es patrimonio inmaterial de nuestro municipio. Por ello es imprescindible la labor de enseñar, transmitir y conocer el verdadero significado de nuestro carnaval, conocer el origen de sus figuras y lo que simbolizan. Hemos de respetar su tradición y legado adaptándolo a las nuevas realidades, pues solo así podremos lograr tener un carnaval único a todos los demás, un carnaval auténtico y verdadero.
 

Autor: Claro Manuel Fernández-Caballero Martín-Buitrago
Artículo publicado en la Revista: Parroquia en Marcha Nº 317

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