Una vez, en un carnaval, un amiguete me pidió que le dejara ropa para vestirse de mascara. Yo tenia un traje preparado en casa para ponérmelo por la noche, en aquel tiempo yo trabajaba por el día, así que le deje el traje a mi amigo. Este, por la noche fue al Pabellón (Palacio de Carnaval), y quedo allí con una chica, también vestida de mascara. Por ciertas historias, nunca se les había visto juntos en publico, por lo menos en plan afectivo. Una vez en el baile las dos mascaras, se juntaron y estuvieron bailando y “tal y tal” a lo largo de casi toda la noche. En una de las veces, que “el mascaro”, fue al servicio, me tropecé con él, al principio no me conoció, porque yo también iba de mascaro y le salude:
-Hola “Fulano”, “que no me conoces”, ¿como te va la noche?, ¿que tal te lo estas pasando con mi disfraz?. Como te dije esta tarde lo tenia preparado para mi.
Fue entonces cuando me conoció…
-Anda si eres tu, que disfraz tan chulo que llevas, oye muchas gracias por dejarme este disfraz, y mas con la ilusión que tenias en ponértelo, si quieres me lo quito y te lo pones tu, y yo me pongo otra cosa, por ejemplo el que llevas tu ahora. Así le doy una sorpresa a una persona “ji ji ji…”
-¿A una persona? ¿que persona?, anda pillin…, dime quien es.
-No, no puedo, lo siento, de momento no puedo decir nada, pues es una relación que es mejor que nadie la sepa. Ya te enteraras quien es.
-Bueno, venga vamos a cambiarnos los trajes.
Nos cambiamos los trajes y volvimos al baile. Pero por cualquier motivo mi amigo se despisto un poco y tardo en incorporarse a la fiesta. Yo ajeno a mi amigo y a su “relación tan secreta”, me dedique a dar una vuelta por el pabellón con mi nuevo traje, cuando, cual fue mi SORPRESA, veo que viene hacia mi una mascara, muy dispuesta, se me abraza apasionadamente y me dice:
-De donde vienes, amor mío.
Yo no sabia que decir, estaba sorprendido con tal recibimiento. La otra (porque era una), a lo suyo, abrazándome, como solo mi mujer lo había hecho (también lo hacia así una novia que tuve hace mucho tiempo).
-Bueno, ¿no me vas a decir de donde vienes?. Relájate, “Fulano”, estas muy tenso, que te pasa, ¿ no dices nada?, ¿te as quedado mudo?.
Efectivamente, me había quedado mudo. Me acorde de mi amigo cuando me dijo: “Ya te enteraras quien es”. Efectivamente, vaya si me entere. Quien lo iba a decir, este con esta. Joder, joder, joder.
A pesar de ser carnaval, en esos momentos me encontraba en una situación muy embarazosa, ¿qué hago Dios mío?, ¿qué hago?. Fueron unos segundos eternos, no podía traicionar a mi amigo, diciéndole a su amiga, que yo no era quien ella se pensaba, porque si yo hablaba, ella me reconocería, y ya no seria una relación secreta como ellos pretendían.
Me deshice de sus brazos como pude, pues parecía un pulpo, y sin decir nada, salí corriendo en busca de mi amigo, afortunadamente me lo encontré de frente, cuando el ya regresaba a su “rodal”.
-Hola, otra vez “Fulano”, ven corre y no digas nada.
-Que pasa, que pasa, perdona pero me están esperando.
-Ya ya, ya se que te están esperando, y “también se quien te esta esperando”.
-No me jodas “Mengano”, no me jodas ¿qué a pasado?.
-Ven, ven que te cuente.
Me lo lleve fuera y le conté lo ocurrido con su “amor secreto”.
-Que sepas que yo, ni la he tocado, de verdad, te lo juro, además tampoco me ha conocido pues no he dicho ni pío.
Mi amigo no daba crédito a lo que estaba escuchando, haber como se lo explicaba a ella, para que no se enfadara.
-Joder, haber que hago ahora.
-Si quieres, nos volvemos a cambiar el disfraz, vas y le dices que estamos de carnaval y le as gastado una broma, que te as hecho el “mudo” o algo así.
Pues eso fue lo que hicimos, aunque le tuve que prometer que no le contaría a nadie lo sucedido (efectivamente no se lo estoy contando a nadie).
Según me contó luego, su amiga “secreta” se trago lo del “mudo”. ¿O no?, quien sabe, “ji ji ji…”
-Hola “Fulano”, “que no me conoces”, ¿como te va la noche?, ¿que tal te lo estas pasando con mi disfraz?. Como te dije esta tarde lo tenia preparado para mi.
Fue entonces cuando me conoció…
-Anda si eres tu, que disfraz tan chulo que llevas, oye muchas gracias por dejarme este disfraz, y mas con la ilusión que tenias en ponértelo, si quieres me lo quito y te lo pones tu, y yo me pongo otra cosa, por ejemplo el que llevas tu ahora. Así le doy una sorpresa a una persona “ji ji ji…”
-¿A una persona? ¿que persona?, anda pillin…, dime quien es.
-No, no puedo, lo siento, de momento no puedo decir nada, pues es una relación que es mejor que nadie la sepa. Ya te enteraras quien es.
-Bueno, venga vamos a cambiarnos los trajes.
Nos cambiamos los trajes y volvimos al baile. Pero por cualquier motivo mi amigo se despisto un poco y tardo en incorporarse a la fiesta. Yo ajeno a mi amigo y a su “relación tan secreta”, me dedique a dar una vuelta por el pabellón con mi nuevo traje, cuando, cual fue mi SORPRESA, veo que viene hacia mi una mascara, muy dispuesta, se me abraza apasionadamente y me dice:
-De donde vienes, amor mío.
Yo no sabia que decir, estaba sorprendido con tal recibimiento. La otra (porque era una), a lo suyo, abrazándome, como solo mi mujer lo había hecho (también lo hacia así una novia que tuve hace mucho tiempo).
-Bueno, ¿no me vas a decir de donde vienes?. Relájate, “Fulano”, estas muy tenso, que te pasa, ¿ no dices nada?, ¿te as quedado mudo?.
Efectivamente, me había quedado mudo. Me acorde de mi amigo cuando me dijo: “Ya te enteraras quien es”. Efectivamente, vaya si me entere. Quien lo iba a decir, este con esta. Joder, joder, joder.
A pesar de ser carnaval, en esos momentos me encontraba en una situación muy embarazosa, ¿qué hago Dios mío?, ¿qué hago?. Fueron unos segundos eternos, no podía traicionar a mi amigo, diciéndole a su amiga, que yo no era quien ella se pensaba, porque si yo hablaba, ella me reconocería, y ya no seria una relación secreta como ellos pretendían.
Me deshice de sus brazos como pude, pues parecía un pulpo, y sin decir nada, salí corriendo en busca de mi amigo, afortunadamente me lo encontré de frente, cuando el ya regresaba a su “rodal”.
-Hola, otra vez “Fulano”, ven corre y no digas nada.
-Que pasa, que pasa, perdona pero me están esperando.
-Ya ya, ya se que te están esperando, y “también se quien te esta esperando”.
-No me jodas “Mengano”, no me jodas ¿qué a pasado?.
-Ven, ven que te cuente.
Me lo lleve fuera y le conté lo ocurrido con su “amor secreto”.
-Que sepas que yo, ni la he tocado, de verdad, te lo juro, además tampoco me ha conocido pues no he dicho ni pío.
Mi amigo no daba crédito a lo que estaba escuchando, haber como se lo explicaba a ella, para que no se enfadara.
-Joder, haber que hago ahora.
-Si quieres, nos volvemos a cambiar el disfraz, vas y le dices que estamos de carnaval y le as gastado una broma, que te as hecho el “mudo” o algo así.
Pues eso fue lo que hicimos, aunque le tuve que prometer que no le contaría a nadie lo sucedido (efectivamente no se lo estoy contando a nadie).
Según me contó luego, su amiga “secreta” se trago lo del “mudo”. ¿O no?, quien sabe, “ji ji ji…”
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